Noche
de lluvia veo en mi habitación, no llueve en la calle, si no en mi
corazón. No cae agua en mi interior, cae dolor mezclado con amor.
Todo suena poético, pero nose expresar lo que siento si no es con
mis versos al viento.
Y
al igual que me expreso al viento,te recuerdo con dolor y temor,
temor causado por el dolor de mi corazón no por lo que contigo sentí
y viví si no por como me encuentro ahora mismo...
Recuerdo
perfectamente nuestra primera cita... fue tan bonita que es imposible
olvidar todo aquello. Esa primera mirada, esa primera sensación,
aquel primer encuentro, aquellos juegos, esas sonrisas, esos abrazos,
aquellos besos, aquellos sentimientos... simplemente, aquellos y
esos.
Contigo
me encontraba en una nube. Siendo naturales, nada artificiales.
Dejándonos llevar, dejándonos los demas de importar. Me comencé a
enamorar, era normal. Tú con tu hermosa sonrisa, tus locuras, esa
amabilidad con todos, la delicadeza con la que los rayos de sol
alumbraban tu bonita cara, la luz que tenían tus ojos, la energía
que transmitías, lo feliz que me hacías... Esa característica
única de poder ser algo y al momento todo lo contrario, de
sorprender siempre y nunca fallar, me encantaba en general todo de
ti.
Pasó
un año y ahí estábamos, juntos, unidos, unidos por nuestros
corazones.
``Te
amo más que a nada´´, te solía decir sin miedo a repetir. Y
entonces tú, como siempre me besábas, eso era lo que más me
encantaba. Que gran año el primero todo bueno, con peleas, pero las
cuales más que separar unieron, unieron corazón y alma, esa era
nuestra mayor arma.
Aprendí
más en un año contigo que en 14 sin tí, por eso prefiero morir a
no recordar todo lo que contigo viví.
Pasó
un mes más y sin saber, sin esperar, de sopetón, todo radicalmente
cambió. Tenías una enfermedad la cual no se sabía cual era ni la
cura para vencerla... era una enfermedad que acabaría contigo
dijeron, poco a poco irías perdiendo fuerzas y movilidad, hasta que
un día sin esperar, se apagaría la luz de tus ojos.
Cruel
destino el nuestro, gran tormento nos esperaba... Tú como no, al
principio lloraste y agonizaste pero haciendo valor a ti misma,
comenzaste a sonreir y dijiste -No importa, hoy estoy aquí y mañana
allí, nose cuando, solo se que te esperaré-. Ahí, ahí se me vino
todo encima, no sabía que hacer, te iva a perder, hasta en morir yo
pensé.
Pobre
de mi me dije. En mis años de vida no he sido nada, no he reído, no
he amado, no he ayudado, no he sido querido, en definitiva no he
hecho nada ni aprendido nada, porque tú me lo has dado todo, tú me
lo has enseñado todo y tú me has querido con todo tú ser, tú,
solo tú.
Con
pesar empecé a intentar asimilar, intentando no llorar, intentado
dejar de ser, intentado olvidar, intentando sin poder, intentando sin
querer. Yo quería ser todo contigo, recordar todo lo vivido contigo,
poder ser yo contigo, intentar todo contigo, y vivir mi vida,
contigo.
Los
días pasaron rápido, por el simple hecho de que yo siempre que
podía, ya lo sabes, a tu casa acudía. De noche o de día mi corazón
te necesitaba, yo, todo mi ser, no te quería perder, y por tanto
cada minuto contaba. Tú nunca te derrumbaste ni hundiste sonreíste
como siempre. Pero un día llegué a verte y estabas tumbada en la
cama, sin moverte, casi sin poder hablar, con la mirada perdida...
Maldita mi suerte por tener que así verte. Todo era dolor para ti,
más para mi era un sufrir enorme, no lo podía creer.
Pasaste
así 8 días, hasta que recibí la llamada de que tú, mi niña, ya
no vivías...
Lloré,
lloré de dolor, coraje, miedo... maldije mi suerte millones de
veces. Yo te amo, te amo repetí,pero de que servía, ya no eras
mia...
Pasaron
2 días y decidí escribir todo lo que me hiciste sentir, lo que
contigo viví. Lo impresionante que eres, lo grande que me hiciste. Y
esque nada me consuela ahora mismo, Mi corazón posee el mayor vacío
que se puede imaginar, todo es dolor con un gran pesar. Duele, duele
no ser nada sin tí y más duele perderte.
Preso
de mi mismo, encadenado a tu amor, sin temor te digo, espérame. No
te buscaré, se que estás a mi lado. No te contaré nada, se que me
estás viendo. No te pido ayuda, se que ya lo haces. Y por último te
digo, que pronto nos veremos, nose cuando, pero sí se que nuestros
corazones volverán a ser uno, tu y yo, juntos, permaneceremos.