Oye mi niña ya sabes quien soy y también sabes que estoy contigo, siempre, acompañándote, por tanto se valiente.
Es un principio un tanto raro de una carta pero estoy escribiendo esto para contar lo que pasó, aunque hay cosas que ya sabes y otras que descubrirás.
Hace 5 años y 2 meses, yo, este estúpido conoció al amor de su vida, esa chica que me haría mejorar y la cual me supo amar como nadie lo hizo.
Yo estaba sentado en un banco de ese, nuestro lugar favorito, cuando vi la niña más hermosa. Suerte la mia cuando vi que te acercabas hacia mi. Espontánea y sin miedo, típido de ti. Te presentaste y hablamos, pero yo más que hablar no paraba de babear. Te seré sincero cuando te conocí me enamoré de tu físico, como estaba acostumbrado pero fue saber más de ti y amarte y quererte por lo que eres y representas. La más pura locura mezclada con dulzura a la vez que con amor, enfin, algo increíble y único.
Pasaron dos días y no saliste de mi cabeza por lo cual salí a pasear donde te conocí decidido a pedirte ir a dar una vuelta o tomar algo.
Esperé treinta minutos largos pero no aparecías por lo cual decidí marcharme.
Mientras caminaba hacia mi casa, vaya alegría, te encontré.
Me armé de valor, algo extraño en mi y decidí ir hacia ti. Cada vez que me acercaba más me asustaba pero cuando me viste acudiste corriendo a saludarme con esa alegría y energía tuya.
Fuimos a pasear por el parque, hablamos, sobre todo reímos y enfin, me encantaste. Te acompañé a casa, me iva a despedir cuando tu sin esperar me besaste, algo inolvidable, ahí me marcaste.
Pasaron las semanas y nos ivamos conociendo más, gustando más.
Yo no creía mi suerte, eras preciosa y encima con una personalidad única y genial la cual me llenaba y me hacía super feliz.
Recuerdo perfectamente que a los 5 meses te conté todos mis miedos y problemas, con lo cerrado que era con lo que me costaba yo que nunca lo había hecho estaba más libre más confiado, más querido y mejor, todo gracias a ti.
Por primera vez aprendí lo que es querer y ser querido.
Pasamos unos años inolvidables con mil historias las cuales no tendría tiempo para recordar.
Pero nuestra mayor desgracia llego hace dos semanas cuando de sopetón, sin esperarlo, te sentiste debil.
Acudimos al hospital en el que ahora estás. Caiste en coma y el médico dijo que tu corazón no funcionaba...necesitabas un transplante.
Vaya suerte la tuya y mia, ahora en el mejor momento de nuestras vidas, ahora que te amo con toda mi alma, ahora que te deseo más que nunca. La que yo veía un futuro precioso junto a ella, esa persona, mi niña, iva a perderla, te iva a perder...
Vi a tus padres llorar a tu hermano, a toda tu familia.
Vi mi primera semana oscura y entre lágrimas las cuales me nublaban todo, no lo podía creer.
Mientras iva camino del hospital, pase por ese, nuestro lugar favorito, vi donde nos conocimos por primera vez y lo vi claro.
No puedo dejar que te marches, que el mundo viva sin tu alegría, bondad, humildad, generosidad, sin tus locuras, tu fuerza, perceberancia...sin ti esto no sería igual.
Quiero agradecerte todo lo que me has hecho ver, todo lo que me has dado, quiero agradecértelo todo. Me has amado, me has querido y me has respetado, contigo me he sentido único, anhelado y sobre todo sin miedo a nada, porque contigo he sido capaz de todo.
Hoy y siempre más que nunca caminaré junto a ti y por tanto no has de añorarme porque estoy contigo has de seguir siendo como eres y mejorando, siempre luchando. Sigue con ese sueño tuyo, ríe, llora, baila, salta... pero sobre todo no te olvides de amar, como me amaste ami y toda mi alma.
Se como te sentirás y igual no querías que yo hiciera esto, pero creeme es lo correcto.
Te quiero y siempre te querré, se siempre fiel a ti misma y lucha, muestrate tal y como eres y nunca dejes de luchar por nada, eres mi vida, mi amor, mi niña, mi todo, y siempre lo serás.
Es un principio un tanto raro de una carta pero estoy escribiendo esto para contar lo que pasó, aunque hay cosas que ya sabes y otras que descubrirás.
Hace 5 años y 2 meses, yo, este estúpido conoció al amor de su vida, esa chica que me haría mejorar y la cual me supo amar como nadie lo hizo.
Yo estaba sentado en un banco de ese, nuestro lugar favorito, cuando vi la niña más hermosa. Suerte la mia cuando vi que te acercabas hacia mi. Espontánea y sin miedo, típido de ti. Te presentaste y hablamos, pero yo más que hablar no paraba de babear. Te seré sincero cuando te conocí me enamoré de tu físico, como estaba acostumbrado pero fue saber más de ti y amarte y quererte por lo que eres y representas. La más pura locura mezclada con dulzura a la vez que con amor, enfin, algo increíble y único.
Pasaron dos días y no saliste de mi cabeza por lo cual salí a pasear donde te conocí decidido a pedirte ir a dar una vuelta o tomar algo.
Esperé treinta minutos largos pero no aparecías por lo cual decidí marcharme.
Mientras caminaba hacia mi casa, vaya alegría, te encontré.
Me armé de valor, algo extraño en mi y decidí ir hacia ti. Cada vez que me acercaba más me asustaba pero cuando me viste acudiste corriendo a saludarme con esa alegría y energía tuya.
Fuimos a pasear por el parque, hablamos, sobre todo reímos y enfin, me encantaste. Te acompañé a casa, me iva a despedir cuando tu sin esperar me besaste, algo inolvidable, ahí me marcaste.
Pasaron las semanas y nos ivamos conociendo más, gustando más.
Yo no creía mi suerte, eras preciosa y encima con una personalidad única y genial la cual me llenaba y me hacía super feliz.
Recuerdo perfectamente que a los 5 meses te conté todos mis miedos y problemas, con lo cerrado que era con lo que me costaba yo que nunca lo había hecho estaba más libre más confiado, más querido y mejor, todo gracias a ti.
Por primera vez aprendí lo que es querer y ser querido.
Pasamos unos años inolvidables con mil historias las cuales no tendría tiempo para recordar.
Pero nuestra mayor desgracia llego hace dos semanas cuando de sopetón, sin esperarlo, te sentiste debil.
Acudimos al hospital en el que ahora estás. Caiste en coma y el médico dijo que tu corazón no funcionaba...necesitabas un transplante.
Vaya suerte la tuya y mia, ahora en el mejor momento de nuestras vidas, ahora que te amo con toda mi alma, ahora que te deseo más que nunca. La que yo veía un futuro precioso junto a ella, esa persona, mi niña, iva a perderla, te iva a perder...
Vi a tus padres llorar a tu hermano, a toda tu familia.
Vi mi primera semana oscura y entre lágrimas las cuales me nublaban todo, no lo podía creer.
Mientras iva camino del hospital, pase por ese, nuestro lugar favorito, vi donde nos conocimos por primera vez y lo vi claro.
No puedo dejar que te marches, que el mundo viva sin tu alegría, bondad, humildad, generosidad, sin tus locuras, tu fuerza, perceberancia...sin ti esto no sería igual.
Quiero agradecerte todo lo que me has hecho ver, todo lo que me has dado, quiero agradecértelo todo. Me has amado, me has querido y me has respetado, contigo me he sentido único, anhelado y sobre todo sin miedo a nada, porque contigo he sido capaz de todo.
Hoy y siempre más que nunca caminaré junto a ti y por tanto no has de añorarme porque estoy contigo has de seguir siendo como eres y mejorando, siempre luchando. Sigue con ese sueño tuyo, ríe, llora, baila, salta... pero sobre todo no te olvides de amar, como me amaste ami y toda mi alma.
Se como te sentirás y igual no querías que yo hiciera esto, pero creeme es lo correcto.
Te quiero y siempre te querré, se siempre fiel a ti misma y lucha, muestrate tal y como eres y nunca dejes de luchar por nada, eres mi vida, mi amor, mi niña, mi todo, y siempre lo serás.
