Tan bonita y blandita,
me mira, la miro, y,
automáticamente sonrío.
Es un sentimiento mútuo,
descanso y adiós al espanto.
Para unos es un sufrir
despedirse de su cortejar,
tan agusto y cómodo estás,
que no quieres marchar.
También hay que despertar y continuar
nuestro dificil andar, aunque
la cama, el tiempo te hace desperdiciar,
más tarde en ella recuperado estarás.
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